UNIVISION: Hace dos meses limpiadoras como yo éramos prescindibles. Hoy nos llaman esenciales
Op-ed by Local 1 Kansas City janitor Matilde Barron in Univision
Cada día a la una y media de la mañana camino a mi carro para manejar a casa para un necesitado descanso. Trabajo en el Medical Plaza en Westport desde hace 14 años y para medianoche el edificio está prácticamente vacío, con excepción de nuestro equipo de limpieza que está trabajando duro para desinfectar todas y cada una de las superficies.
A pesar de las largas noches, todavía me levanto temprano cada mañana para ir a mis clases de inglés e ir de vuelta al trabajo por las tardes. Como inmigrante de Ciudad de México que llegó a Kansas City hace dos décadas, entiendo la importancia de trabajar para mantener mi comunidad y construir una vida mejor para mi familia.
Desde que comenzó la pandemia, nuestro trabajo ha sido más ajetreado que nunca, usamos químicos más fuertes, un desinfectante más potente que pica en los ojos, pasando el trapo a todo en nuestros edificios desde pomos de puertas a botones del ascensor, pasando por ventanas. Las y los janitors (conserjes) trabajamos duro todo el día, cada día, para asegurarnos de que el coronavirus no se encona en las superficies y nadie se enferma.
Me encanta mi trabajo. Es un trabajo importante que ayuda a la gente y mantiene lugares públicos limpios y seguros. Los y las trabajadoras de primera línea, muchos de ellos y ellas inmigrantes como yo, siempre hemos sabido que éramos esenciales, incluso si al resto del país le tomó un poco más de tiempo verlo.
Nuestro país se ha dado cuenta como la gente trabajadora como nosotras somos el tejido de este país que mantiene servicios esenciales en operación incluso cuando muchos otros están a salvo en sus casas.
Desde que comenzó la crisis, la gente pregunta cómo deberían de ser agradecidos los trabajadores esenciales por su trabajo. Deberíamos ser agradecidos con políticas concretas que protejan nuestros empleos, nuestra seguridad y nuestros salarios. Mientras el Congreso debate el próximo paquete federal de alivio, Missouri puede transformar gratitud en legislación.
Mientras el coronavirus impacta a todos, da lo mismo de donde vengamos, nuestro estatus migratorio o el color de nuestra piel, las comunidades latina y afroamericana se enfrentan a mayores proporciones de contagio. La última ley de estímulo, la Ley CARES, fue un cheque en blanco para corporaciones, por desgracia dejando fuera a millones de familias trabajadoras como la mía, migrantes y no-migrantes por igual.
Nuestros líderes políticos no pueden cometer el mismo error dos veces. Los trabajadores esenciales nos estamos uniendo para urgir a los senadores Roy Blunt y Josh Hawley a que se aseguren de que la próxima ley de estímulo protege a toda la gente trabajadora, sin importar nuestro pasado, mientras tratamos de limitar el daño económico del coronavirus.
Esto significa asegurar que la gente trabajadora tiene el equipamiento de protección personal (PPE en inglés) cuando reactivamos la economía así como protecciones en la nómina para asegurar que continuamos empleados y podemos mantener a nuestras familias. Y ya que nuestro trabajo es considerado esencial, el Congreso debe asegurar que nuestro salario refleja los riesgos que asumimos al continuar trabajando en primera línea.
Además, la información debe estar disponible en los idiomas de los inmigrantes para asegurar un acceso equitativo a los recursos y programas. Muchos de mis amigos y amigas, familiares y vecinos están haciendo todo lo que pueden para conseguir los recursos que necesitan, pero todavía es difícil. Muchos están apurados solicitando el desempleo, localizando lugares de testeo y conectando con otros recursos diseñados para ayudarles.
Es un momento difícil ahorita mismo y muchas de mis compañeras y compañeros están preocupados por su salud y seguridad. Nuestra salud y bienestar están conectados. Dejar fuera a las comunidades inmigrantes deja a todas las comunidades en mayor riesgo y socava los esfuerzos para contener el virus. Tenemos la habilidad y oportunidad de unirnos en torno a soluciones para abordar la crisis, a través de líneas raciales, por una economía que funcione para todas nosotras.
Esta crisis muestra la verdadera esencia de porque el trabajo que janitors, trabajadores de almacén y otros trabajadores de servicios hacen es crucial para mantener Kansas City funcionando. Es el momento de que nuestros líderes políticos reconozcan nuestro esfuerzo y nos muestren lo que es un agradecimiento de verdad.
Matilde Barron, inmigrante de Ciudad de México, trabaja como 'janitor' desde hace 14 años. Es miembro de SEIU Local 1.